Las fechas del 4 de diciembre de 1977 y del 28 de febrero de
1980 representan momentos clave de la enorme movilización del pueblo andaluz en
lucha por su autonomía. Más de treinta años después del histórico referéndum
que cambió la historia de España e hizo rectificar los planes al Estado
Español, volvemos a encontrarnos los andaluces y las andaluzas en un momento
decisivo.
El autogobierno siempre fue visto por el pueblo andaluz como
un medio valioso para acabar con el subdesarrollo, el desempleo, la emigración,
la injusticia, la desigualdad y como una forma de avanzar en la democratización
de nuestra sociedad y en la conquista de la Reforma Agraria. Hemos avanzado
mucho en Andalucía de la mano de nuestra autonomía, el desarrollo en todos los
órdenes de nuestras vidas ha sido innegable.
Sin embargo, el 28 de febrero de
2014 no es una fiesta que podamos vivir con tranquilidad. La enorme cantidad de
personas en el desempleo, la nueva emigración de jóvenes hacia otros países,
las bolsas de pobreza que siguen creciendo después de cinco años de crisis, la
pérdida de derechos sociales, laborales y prácticamente de todo tipo, el drama
de las familias que se ven fuera de sus viviendas o la llamada pobreza
energética están configurando una sociedad que necesita de grandes remedios, de
nuevos impulsos para cambiar las cosas en un sentido positivo. Han sido años de
crecimiento económico al cabo de los cuales volvemos a situarnos en unas cotas
de desempleo inaguantables y un deterioro terrible de nuestros recursos
naturales, con una economía dirigida por intereses foráneos, ya sean estos del
gobierno central o de las multinacionales.
El 28 de febrero de 2014 es una fecha que Izquierda Abierta
de Andalucía desea conmemorar como una cita destinada a la acción, a la
reivindicación del autogobierno por las más amplias capas de la ciudadanía. La
movilización que a menudo se vive en los pueblos y ciudades de Andalucía y en
el resto de España y Europa, debe plasmarse en un giro radical de las políticas
antisociales que imponen instituciones carentes de control democrático,
simbolizadas en la TROIKA, que encuentran en el gobierno Rajoy su principal
instrumento en nuestro país.
Cuando conmemoramos un nuevo 28 de febrero, esta
movilización debe reivindicar el significado de aquel día de 1980. El respaldo
del pueblo andaluz a la vía del artículo 151 de la Constitución, fue un paso
más hacía un autogobierno pleno para determinar
un cambio en el presente y el futuro de Andalucía. Las andaluzas y los
andaluces deseábamos romper con el papel subordinado que nos habían impuesto
las élites dominantes. Nuestra voluntad
volvía a mostrarse inequívoca, como lo había hecho desde el 4 de diciembre de
1977. Las calles de Andalucía han teñido siempre su ansia de autogobierno con
los colores blanco y verde, pero también, desde el comienzo, la bandera
andaluza alcanza su sentido pleno acompañada por el rojo de la transformación
por la izquierda.
Hoy, cuando mareas de colores llaman a una nueva democracia,
la pasión y la razón de las andaluzas y los andaluces se muestra en el violeta
de la igualdad, la libertad y por la República, en el verde de un desarrollo sostenible e
innovador, en el verde, el blanco y el naranja que reivindican servicios
públicos, de calidad y laicos en educación, sanidad, servicios sociales y
bienestar de los dependientes, en el blanco de la transparencia y la
participación política. Deseamos reivindicar un presente y un futuro arcoiris,
donde el autogobierno es rebeldía y democracia participativa.
Izquierda Abierta en Andalucía desea denunciar cómo en la
actualidad se está produciendo una especie de vuelta atrás, con las élites
bipartidistas dirigidas por nuevos actores, pero volcadas una vez más, en su
proyección hacia la capital del Estado, al tiempo que la juventud andaluza,
como sus padres o sus abuelos, está condenada a la emigración. La Política
Agraria Común lleva al abandono rural y crea un campo dependiente y decadente. Si
ayer el empoderamiento de la ciudadanía andaluza cambió la dirección de los
acontecimientos, hoy al grito de “Sí, sí se puede”, reivindicamos un nuevo
impulso hacia un autogobierno transformador, orientado a Andalucía y con voz
propia en todas las instancias estatales y europeas.
El gobierno andaluz debe ser sensible a la necesidad de ese
nuevo impulso. La Ley de la Función Social de la Vivienda o la Ley de la
Transparencia demuestran que eso es posible. No se trata de medidas
coyunturales para suavizar los efectos de esta crisis que algunos han
convertido en una estafa. Reivindicamos la inmediata tramitación de los proyectos normativos
de banca pública andaluza, del banco de tierras, de la ley integral de
agricultura, de defensa del sector público andaluz… etc. El Parlamento Andaluz
debe impulsar, en conjunción con la sociedad andaluza organizada, la
dinamización de formas de democracia
participativa.
Las andaluzas y los andaluces, con nuestra voz y nuestra
participación, somos las garantes de que el autogobierno cumpla con sus fines
transformadores e innovadores.
Por un autogobierno pleno, construido desde la ciudadanía y
no mermado por los imperativos de los mercados y sus representantes políticos,
por la reivindicación de lo público, el progreso social integrador y sostenible
y una democracia participativa plena, Izquierda Abierta convoca a todas las
andaluzas y los andaluces a participar el próximo 28 de febrero en la
manifestación convocada por Izquierda Unida de Andalucía en Sevilla a las doce
de la mañana y que partirá desde la Puerta de Jerez.
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