viernes, 30 de diciembre de 2011

Izquierda Abierta se presentó en Sevilla

Fue en el salón de actos de CC.OO. de la plaza del Duque. A pesar de la escasa publicidad realizada(solo envíos por internet) el salón se llenó de interesados asistentes, quienes realizaron numerosas preguntas y mostraron por escrito sus deseos de participar y ser informados de las actividades de Izquierda Abierta. Personas de todas las comarcas de Sevilla presenciaron cómo Samuel Domínguez, Granada Santos, Montse Muñoz y Luís García Montero explicaban las razones de la puesta en marcha de este partido, sus objetivos y análisis políticos.

A partir de ahora, se abre una etapa de trabajo interesante, de extensión, explicación, diálogo y organización de Izquierda Abierta por toda la provincia de Sevilla y Andalucía. Si quieres, puedes acompañarnos en el mismo. Conseguiremos una IU más cercana, más habitable, más participativa y más abierta a la sociedad, a toda la gente que desde el campo de la izquierda está deseando contar con una fuerza política capaz de contener la ofensiva neoliberal que el sistema capitalista está llevando a cabo.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

POSICION IU ABIERTA RESPECTO A LAS NEGOCIACIONES Y PROPUESTAS DE COMPOSICION DEL NUEVO GRUPO PARLAMENTARIO.

En la Comisión Ejecutiva celebrada el dia 12 de diciembre del 2011 se nos comunica por parte del Secretario de Organización  y  del Coordinador General la propuesta de organización del grupo parlamentario y la situación de la negociación respecto a la Mesa del Congreso.

En primer lugar hay que constatar que en todo este proceso la negociación con los otros grupos parlamentarios la ha asumido el Secretario de Organización en exclusiva, en directa relación con el Coordinador General.

martes, 13 de diciembre de 2011

PRESENTACIÓN PÚBLICA EN SEVILLA

El próximo día 21 de diciembre, en el salón de actos de CC.OO. (plaza del Duque) se celebrará el acto de presentación de Izquierda Abierta en Sevilla. Comenzará a las siete de la tarde y contará con las intervenciones de Luís García Montero, Montse Muñoz, Granada Santos y Samuel Domínguez.

jueves, 24 de noviembre de 2011

MANIFIESTO IZQUIERDA ABIERTA SEVILLA


INTRODUCCIÓN
Cualquier organización política de izquierdas, en estos momentos, tiene ante sí un reto descomunal al tener que enfrentarse a la ofensiva que el neoliberalismo ha puesto en marcha desde hace años y que ahora se está ensañando con Europa.
El avance electoral de la derecha española es sólo un síntoma más de las profundas transformaciones socioeconómicas, políticas y culturales que está sufriendo nuestro país en el marco del avance del neoliberalismo en  Europa, también en los partidos socialdemócratas. Años de exaltación sin escrúpulos de los beneficios empresariales, de la eficacia de las privatizaciones, del descrédito de lo público y de la necesidad de los recortes sociales y los derechos laborales, han calado en la forma de pensar de la población, que en buena parte actúa dentro de los límites del actual sistema bipartidista.
Para los grandes poderes económicos, el proceso de privatizaciones no tiene límites. Todo es objeto de negocio y por lo tanto se tiene que ajustar a las leyes del mercado, las cuales pasan por encima de los derechos y libertades  que tanto trabajo y tiempo han costado conquistar.

Esta inercia no solo ha servido para impulsar la centralidad paradójica de un pensamiento conservador cada vez más radical, sino también para desarticular en sus márgenes las posibles reacciones de la izquierda, facilitando los recelos, la fragmentación, la falta de entendimiento interno, el abstencionismo o el voto en blanco.

Nos encontramos un panorama desolador donde todo parece justificado por la gran crisis económica global, que se ha convertido en la mejor baza para  no abordar en su raíz la solución de los grandes problemas que padecemos.  El paro, la destrucción progresiva del medio ambiente, la pérdida de derechos, el recorte de servicios sociales, el debilitamiento de los poderes públicos…un suma y sigue siempre justificado con  la excusa de la crisis.

Pero no podemos evitar preguntarnos hasta qué punto todo es justificable. Cómo puede ser que aquellos que han provocado esta situación son a la vez los más beneficiados de la misma. Con qué justificación aquellos que hemos sido títeres durante tanto tiempo de estos poderes tenemos que ser también ahora los máximos perjudicados. Cómo puede ser que los poderes públicos, aquellos mismos que deberían representarnos y defender nuestros intereses, cedan soberanía y se plieguen a los mandatos de aquellos que nos han llevado a la más absoluta de las ruinas. Sin lugar a dudas es completamente incomprensible. Escapa de toda lógica.

La soberanía de un Estado reside en el pueblo, y si un gobierno democrático es el representante de dicho pueblo, es obligación de ese gobierno la defensa de los intereses del pueblo al que representa, por encima de otros. Si esto significa la intervención en la economía, la nacionalización de los sectores estratégicos como la banca o el sector energético o la creación de un sector público fuerte y de calidad, está sobradamente legitimado para llevarlo a cabo. Un estado democrático no puede ni debe estar sometido ni secuestrado a poderes no democráticos e ilegítimos.

Pese a todo hay motivos para la  esperanza.

La más que maltratada juventud española, esa misma juventud que tantas veces ha sido acusada de apolítica, pasota y desinteresada, esa generación de españoles y españolas que es la mejor formada de nuestra historia y la peor aprovechada,  por fin se echó a la calle indignada de tantas felonías. Cansada de oír siempre los mismos cantos de sirena salió a la calle, movilizando a un gran sector de la sociedad, dando una lección no solo a los grandes partidos políticos españoles sino al mundo entero.

El movimiento 15M ha irrumpido en la vida política y social española como una bocanada de aire fresco, pillando a esta clase política con el pié cambiado.

El discurso existe. Las ideas están sobre la mesa. Y son realizables. Solo falta voluntad política para llevarlas a cabo.

Sin embargo, un partido político de cuño tradicional puede llegar a ser, y de hecho es en la mayoría de los casos, uno de los componentes menos democráticos de este sistema. Estructuras piramidales, órganos poco representativos con sus bases sociales, el olvido de las mismas, la pérdida de referentes ideológicos, los programas electorales convertidos en papel mojado, etc. hace muy poco creíbles discursos donde el eje es la radicalidad democrática.

Las bases de una fuerza política deben ser lo que el pueblo a un estado. De ahí es de donde emanan las decisiones, a ellos se deben y representan, y ante ellos deben dar explicaciones de sus actos. Los dirigentes de una fuerza política no deben ser más que meros portavoces de las bases que componen dicha fuerza. Se deben a un programa electoral, elaborado a partir de aquellos referentes ideológicos que, al fin y al cabo, han unido a tantas personas dispares en un proyecto político. Un programa que se debe elaborar entre todos y todas. Porque no olvidemos nunca que el objetivo último de una fuerza política debe ser hacer política. Llegar al poder es tan solo un medio para llevarlas a cabo, y que una vez que alcanza el poder debe trabajar al servicio de un pueblo que es al que representa y defiende, y el que a través de una ley electoral justa y representativa le ha otorgado la confianza para que pueda llevar a cabo esas políticas que defiende.

Los dirigentes como portavoces de las bases, la consulta vinculante a estas, el establecimiento de primarias y listas abiertas, entre otros conceptos, hacen de un partido político una fuerza coherente con el discurso de democracia radical.

Cambiar el modelo de partido tradicional es, en cierta forma, la manera de participar en el sistema cambiándolo. Todo esto sin cejar en otro tipo de acciones.


IZQUIERDA ABIERTA

Desde Izquierda Abierta pretendemos transformar a Izquierda Unida en una herramienta más útil y válida para la  trasformación social, desde unas bases claras:

1.- La defensa a ultranza de la democracia, en todo caso y circunstancia. Para llegar a una sociedad más justa no caben atajos que olviden los caminos democráticos. La sociedad sin clases a la que aspiramos llegará como consecuencia del desarrollo de la democracia hasta sus últimas consecuencias. Esto vale para cualquier sociedad, independientemente de sus procesos históricos y culturales y, desde luego, también para la nuestra en la que tenemos déficits democráticos de consideración, en parte como consecuencia de los pactos habidos en la “transición”.
a) el primero es el sistema electoral vigente, que introduce enormes desajustes en la plasmación institucional del voto popular.
b) el segundo, la forma de Estado monárquica, auténtico anacronismo viviente que debe ser sustituido por la República Federal como modelo más apropiado para nuestro país, ya que aporta el carácter electivo del Jefe del Estado y la integración en pie de igualdad de los distintos pueblos de España. El federalismo cooperativo es la mejor base para la nueva forma de estado.
c) el tercer elemento limitante de la democracia y que a veces la pone directamente en peligro, es la corrupción, considerada en sentido amplio. Este fenómeno no es exclusivo de ningún ámbito particular. El denominador común es el poder económico, que llega a las instituciones representativas, de gobierno, judiciales, las empresas y que tiene que ver con la evasión de capitales a los paraísos fiscales, el fraude fiscal y la economía sumergida, que están muy relacionados con la gravedad de esta crisis económica.

2.- la defensa de la ecología, imprescindible para preservar la vida en el planeta. Hace tiempo que conocemos nuestros límites y debemos actuar en consecuencia. Los problemas creados por el sistema capitalista en la fase actual son enormes: la vida tal como la conocemos está en serio peligro. La amenaza se cierne sobre el agua que bebemos, el aire que respiramos y el clima. Para conjurar el peligro no basta con ser de izquierdas a la manera tradicional. Situamos el compromiso ecologista en la misma base de nuestra ideología, en el centro de nuestro programa y en la lucha cotidiana.

3.- La paz sigue siendo un objetivo lejos de estar conseguido y por ello tenemos que colocarlo como una de nuestras grandes preocupaciones y más en estos tiempos de crisis, cuando la tentación militarista se acrecienta en el conjunto del planeta.

4.- La lucha  por la igualdad, seña de identidad de la izquierda, tiene que continuar siéndolo, sin duda alguna, porque la existencia de las oligarquías nacionales e internacionales y sus abusos de poder están poniendo en peligro la capacidad democrática de los pueblos, aumenta las desigualdades, nos ha traído esta crisis económica y deja al género humano en la mayor de las incertidumbres de cara al futuro. Como siempre, esta lucha deberemos abordarla aunando la acción política de la clase obrera con sus aliados estratégicos.

5.- La igualdad de género es irrenunciable y no debemos cejar en este tema hasta que sea una realidad en todos los ámbitos de la vida, desde el doméstico al político, pasando por el empresarial o laboral. Como en los demás, en este terreno hay que predicar con el ejemplo y por ello en IAb tenemos que avanzar con la paridad en todos los terrenos.

Estos elementos básicos están íntimamente relacionados. Ninguno de ellos puede llevarse a cabo sin los demás ¿Quién puede pensar en un triunfo de la ecología sin democracia o sin un aumento de la justicia social o en un mundo en guerra, por poner un ejemplo?


La creación de un partido como Izquierda Abierta dentro de Izquierda Unida, y con estos postulados, sirve para organizar y articular un espacio político dentro de la organización donde afiliados a distintos partidos, independientes, organizaciones, corrientes de opinión, permita proyectar nuestro método de trabajo y nuestro concepto de Movimiento Político y Social a todos los niveles.

Al mismo tiempo que en el seno de IU, es preciso avanzar en la práctica de cooperación política con todas aquellas fuerzas o colectivos que se reclamen contrarias al capitalismo y sus efectos, que apuesten por frenar la ofensiva del neoliberalismo. Para nosotras y nosotros, es imprescindible la configuración de un frente amplio, un polo social y político donde confluyan todos los esfuerzos y sensibilidades de la izquierda. Hay que articular en un impulso común las diversas perspectivas ideológicas y territoriales de ese “archipiélago de las izquierdas”. Para lograrlo, hace falta por una parte, firmeza crítica ante los partidos y organizaciones que representan el pensamiento neoliberal y por otra, cultivar y ejercer de forma decidida el diálogo, la negociación, la convergencia de programas, el consenso y el acuerdo entre todas las opciones políticas de la rebeldía y la indignación.

Pensamos que la configuración de este frente amplio es, además, el mejor camino para dar cauce político a algunas iniciativas sociales urgentes: el rechazo a los recortes y las privatizaciones, la nueva regulación de los procedimientos especulativos y bancarios injustos, la reforma de la ley electoral y el aliento de una democracia regenerada, transparente y participativa.