Su candidatura bate récord y logra un apoyo del 83%. En la nueva Ejecutiva regional serán sus principales puntales Castro y Mariscal, y habrá una mayor presencia de mujeres
Charo Solís - andaluces.es
El punto de partida de Antonio Maíllo, con el apoyo de PCA e Izquierda Abierta, no dejaba lugar a dudas de su victoria. Tal y como estaba en el guión, su candidatura obtuvo un 83% de los votos, mientras la alternativa de la CUT e Izquierda por la base se quedó con un 16,9%. El recién elegido Consejo andaluz, tras una deliberación por espacio de diez minutos, votó a Maíllo como coordinador, que salió elegido con el mismo porcentaje (en este caso, el 16% fue de abstención). Se convierte así en el líder de IU con mayor nivel de apoyo. La cota máxima alcanzada por su antecesor, Diego Valderas, fue de un 74% de apoyos que obtuvo en 2008.
La previsión era que estaría ligeramente por debajo de ese
porcentaje. Si logró más fue porque en su discurso también arrancó
papeletas de ese tercio de la militancia independiente que están dentro
de la coalición. Con la “alegría revolucionaria” por bandera, Maíllo llamó a la organización a sacudirse complejos del pasado: IU ya no es una organización “marginal”y “simpática” con un 5% de intención de voto. Son unas siglas in crescendo
electoralmente que pueden ser “hegemónicas en la izquierda” y animó a
todos los cuadros y a la militancia a ser “humildes”, “salir a la calle”
y capitalizar sus movimientos, “empaparse” de sus problemas,
reivindicaciones y demandas, y canalizarlos a través del BOJA (Boletín
Oficial de la Junta de Andalucía).
“Hay que ser fuerza de gobierno y fuerza de calle”, incidió, situando
a IU como un “referente” de la izquierda y una “alternativa” política
ante un bipartidismo en decadencia, pero también una alternativa de
“esperanza” a la ciudadanía, hasta el punto de poder “construir” esa
esperanza para el sur de Europa. Esta responsabilidad, además, es doble.
El coordinador federal de IU, Cayo Lara, que intervino en la clausura
de esta XIX Asamblea regional, advirtió que ahora la batuta de este
proyecto político es andaluza. La “orquesta” no puede desafinar, porque
“si se falla aquí hacemos fracasar el proyecto completo de IU”, subrayó.
Lo que para el nuevo coordinador no será inconveniente ninguno es la
situación de bicefalia que se planteará ahora. Maíllo tiene claro que la dirección política le corresponde a él, mientras la institucional se quedará en manos de Valderas
(va de número tres en su candidatura y seguramente será el responsable
de Política Institucional en su Ejecutiva). Su máxima es que “cada uno
en su puesto” y consideró que esta etapa será “multicéfala”, más coral,
lo que entraña el riesgo de que acabe siendo una hidra con demasiadas
cabezas y sin un referente claro, lo que despistar al electorado. En
esto tienen experiencia tanto PSOE como PP.
Tampoco parece inquietarle la candidatura a la presidencia de la
Junta. “Cuando toque”, dijo, pero Valderas ya apuntó en su despedida en
que el horizonte temporal es tras las elecciones municipales de 2015.
EJECUTIVA “INNOVADORA”
Con 47 años, a medio camino entre la vieja guardia y la joven hornada
de camaradas treinteañeros, Antonio Maíllo, ha llegado a la
coordinación regional con una candidatura que sintetiza las dos
generaciones. Ha habido renovación en este nuevo Consejo andaluz (149
miembros), pero habrá que ver qué parte estará en la nueva dirección y
si el poder estará al final equilibrado entre los más jóvenes y los
veteranos. Los cargos que ocuparán en la nueva Ejecutiva regional no se
sabrán hasta dentro de unos quince días. Queda, por tanto, algo más que
negociar. Pero si en esta inusual asamblea, en la que lo más destacado
ha sido una falta de lucha interna, casi rayana en calma chicha, no
parece que la sintonía se vaya a romper ahora por quién ocupa una
secretaría.
Lo que sí está claro es que en esta Ejecutiva “innovadora” habrá una mayor presencia de mujeres y Maíllo
tendrá dos puntales: el secretario general del PCA, José Manuel
Mariscal, y el portavoz del grupo parlamentario de IU, José Antonio
Castro, al que él mismo llamó “mi candidato”, ya que en un principio estaba llamado a suceder a Valderas, pero no quiso verse al frente de esta responsabilidad.
Habrá que ver si aparte de la integración generacional, la hay de
otras corrientes. Todo apunta a que sí. En la parte alta de la
candidatura ganadora está presente Izquierda Abierta, que se sumó a la
apuesta oficialista poco antes de este cónclave. Los comunistas, con
Maíllo al frente, hicieron sus gestiones para que se distanciaran de la
CUT, y fructificaron. Pero también fue decisiva la orden dada desde IAb a
nivel federal. El partido que controla Gaspar Llamazares aconsejó un
cambio de alianzas porque IU está en una fase expansiva y era mejor
fortalecer el proyecto, pero también sus propias siglas con una
presencia orgánica más potente, y quien sabe si no institucional más
adelante si los sondeos acaban materializándose.
Así, en los puestos de salida, en el cuarto y séptimo lugar, están
sus principales referentes, Lucía Márquez y Raúl García. Izquierda
Abierta firmó su alianza con Maíllo entregándole una planta, a la que
hay que “regar, sacar a la calle para que le dé la luz y el aire, para
que crezca fuerte”, como describió simbólicamente Márquez.
Quien se ha quedado desarmada en esta asamblea ha sido la CUT de Juan Manuel Sánchez Gordillo.
Su candidata al alimón con Izquierda por la base (ni siquiera es
partido ni corriente de IU), Encarnación Milla, logró un 16% de apoyo.
Hasta 11 puntos por debajo del candidato que presentaron en 2008, José
Cabrero. Esto viene a ser un nuevo golpe para la CUT. El primer varapalo
fue ese referendo alternativo al oficial sobre si IU debía entrar o no
en el Gobierno andaluz con el PSOE (el 84% de las bases dijo sí). Ahora
cotiza a la baja, porque también ha pretendido una nueva consulta a la
militancia bajo la excusa de las líneas rojas del presupuesto, y se ha
quedado solo. Pero como dice Sánchez Gordillo, por lo menos han
escenificado que “no quieren ser cómplices” del PSOE, de sus recortes ni
de sus políticas neoliberales.
De todas formas, no se quedarán fuera. El nuevo Consejo Andaluz, que
cuenta con 149 miembros, estará compuesto en ese 83% por la lista
ganadora y un 16.9% por la lista alternativa, porque en IU quien gana
no elimina al rival del máximo órgano de decisión, sino que lo integra.
Por tanto, 83 serán de la lista de Maríllo y 16 de la CUT-Izquierda por
la base. Esos son sólo 99 de estos puestos, a estos se añaden los ocho
coordinadores provinciales y los responsables del área de Mujer y
Juventud, que son miembros natos. La treintena restante son
representantes elegidos por las asambleas provinciales.
LOS COMUNISTAS TAMBIÉN LLORAN
Pero si esta asamblea se ha caracterizado por algo, aparte de ese
cambio tranquilo en la dirección y porque ya no se habla de IULV-CA sino
de IU-Andalucía , es por la emoción y las lágrimas. El primero fue
Diego Valderas, en el repaso de su currículum vital y político el pasado
viernes, se desmoronó. Se le quebró la voz al recordar cómo le dolieron
las críticas de quienes no quisieron ver más allá de su currículum
académico e ignorar su saber hacer político. A Cayo Lara le pasó lo
mismo al recordar los valores de Valderas. Y el último, el
“imprevisible” Mariscal, como le llamó Maíllo, al que elogió por su
“lucha” su “perseverancia” y por ser un “gigante”, acabó rompiéndose
poco antes de cantar La Internacional, la misma que salió de las dos
cajas de música de La Pasionaria que se han regalado a los coordinadores
saliente y entrante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario